sábado, 8 de mayo de 2010

Mi aventura de ser docente

Me gustaría compartir con ustedes mi reflexión a la relación que guarda "El malestar docente" con nuestra historia personal y ¿qué hacemos o podemos hacer para combatirlo?

Es incomprensible pensar que se aprende a ser maestro por ensayo y error o de la noche a la mañana. Este proceso no termina en un número finito de ensayos y errores, sino que es un trabajo constante el aprender a aprender a ser maestro.

Podemos comparar esta metamorfosis, con la construcción de la casa de tus sueños – aquel hogar apacible en donde deseas descansar y ser libre a la vez, en donde deseas pasar el tiempo sin la menor preocupación, haciendo lo que te gusta hacer y que te llena de orgullo con el paso del tiempo- , es decir, tiene un día de inicio, pero nunca terminas la construcción, por que cuando crees que esta terminada tu gran obra, decides remodelarla, pintarla o darle sus mantenimientos correspondientes, ¿ la causa?, es variada, desde la moda hasta la urgente necesidad.

De esta analogía deriva el mismo principio de ser maestro, es decir, como aquel proceso incesante que jamás debe terminar y que te permita retribuirle a la sociedad este tan valioso rol, imponiéndote el deber de prepararte y retransmitir lo aprendido.

Del mismo modo y con la libertad que despertó en mí la lectura, comprendo la necesidad de escribir escribiendo y me compromete a retransmitir el mensaje a mis semejantes y a los alumnos que tenemos a nuestro cargo. Comprendo también, que rescatando de mis interiores la respuesta a la interrogante de ¿cuál es verdadero significado de una buena lectura?, se despierta la inquietud de apreciar esa deleitante cultura de leer más cada día, dándome el impulso también de sembrar y cosechar algunos frutos en un mediano plazo.

Deseo que al transmitir ese ejemplo, al menos alguien sea presa de esa carnada, lejos de ser obsoleta, siempre será divertida.

Siempre he estado consiente de que sin alumnos no hay maestros y a la inversa, y como ser en desarrollo constante siento la necesidad de llevar estrategias innovadoras que me permitan ser útil a los demás y mantener enganchada y divertida la sesión diaria de clases, pero sin rayar en lo vulgar.

Hago reconocimiento con humildad en mi persona, que estoy al servicio de la educación de mis alumnos y que sorteando dificultades empleando el dialogo como una arma o herramienta principal, podremos obtener objetivos comunes.

Por último, no he logrado quitarme de mi conciencia la frase de Freire ¨ pensar- leer – escribir ¨, misma que me remonta a aquella vieja frase ¨pienso…..luego existo¨.

Gracias por tomarse su tiempo para leer la reflexión.

P.D. Pienso……luego escribo

Saludos

1 comentario:

  1. Qué bonito escribes... que lindas palabras y felicidades por considerarte como lo haces.

    Hamérica.

    p.d. te confieso que yo si soy una maestra de ensayo y error...

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